En el año 2000, siendo Monseñor Orozimbo Fuenzalida, obispo de San Bernardo, el padre Cornelio, párroco de Nuestra Señora de Fátima, tenía a su cargo todo el territorio de la nueva Villa Maestranza; después de encuestar el número de católicos, apoyado por un grupo de entusiastas vecinos, emprendió la tarea de convocar puerta a puerta la nueva comunidad; se imprimieron volantes y se invitó a participar a las primeras ceremonias en un local de la empresa Besalco. Se trataba de un comedor de los trabajadores de la empresa de 12 x 4 metros.
Durante tres años, a pesar de su debilitada salud, el padre Cornelio fue formando una comunidad valiente, que no dudaba reunirse en condiciones bien difíciles; ni el frío en invierno, ni la lluvia, ni la falta de asientos que se arreglaba con el pisito que llevaba cada parroquiano, desanimó a este grupo de católicos. A veces sin llaves para entrar en el comedor que les servía de capilla, se tenía que realizar la santa Misa fuera, así como las catequesis ocupando las propias casas de los catequistas.
Muchas veces, ante la deteriorada salud de su sacerdote, los ministros de aquel entonces debían realizar algunas liturgias los días domingos para acoger a los fieles que concurrían.
Fue a partir de febrero de 2004 que Monseñor Orozimbo empezó a acudir a atender a los fieles de la Villa en la Misa dominical.
Monseñor Juan Ignacio González, segundo obispo de san Bernardo, pidió a Monseñor Orozimbo hacerse cargo de esta naciente comunidad, y fue así que con fecha 26 de marzo de 2004 se firmó el decreto de la creación de la nueva parroquia de San Víctor, desmembrándose de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima (Plaza Guarello). Pasó así la Comunidad de San Pedro de la Molinera y el sector de las nuevas villas de la Maestranza recién construidas sus primeras etapas a conformar esta nueva parroquia de San Víctor.
La primera Semana Santa oficiada por Mons. Orozimbo en 2004 se realizó en precarias condiciones, pero con el alma llena de determinación y esperanza. Monseñor afirmó: “Vamos a construir la parroquia en el corazón de los feligreses antes del templo que los acoja”
Pronto su nuevo párroco comenzó a construir una capilla de madera en el actual patio de la Virgen. Cuentan los primeros parroquianos que salían con las rodillas manchadas de negro, al haberse arrodillado en ese primer suelo tosco de alquitrán.
Y así fue; durante tres años más, hasta que se terminaron las obras de nuestro actual y magnífico templo. Monseñor hizo crecer a la comunidad en oración y conciencia de necesidad de sacerdotes, enseñando a sus feligreses a orar al Señor de la mies para que envíe a ella nuevos operarios. Lo que más impresionaba a sus feligreses fue su ejemplo, con casi 80 años, salud un tanto quebrantada, y sin embargo entusiasta e infatigable. Don Orozimbo pasó de presidir la catedral de San Bernardo a celebrar la Santa Misa humildemente en los comedores de los obreros, en los galpones, en la capilla de madera. Con ese espíritu de servicio suyo testimonió que “mejor es servir que presidir”, él, quien podía haberse retirado tranquilo a descansar merecidamente después de tantos años de entrega; sin embargo prefirió terminar como empezó: de párroco fundador en una nueva comunidad parroquial en dónde un sacerdote era necesario…
Y por fin, los feligreses de la Maestranza vieron cumplidas sus esperanzas. El templo de San Víctor fue consagrado el 24 de septiembre de 2006 por el Cardenal Medina, concelebrando monseñor Juan Ignacio González Errázuriz y Monseñor Orozimbo, acompañados de varios obispos eméritos, muchos sacerdotes, entre ellos el Padre Marcelo Guzmán, su primer vicario parroquial, que hizo de maestro de ceremonias aquel día, también el padre Ernesto Guajardo el segundo vicario parroquial y nuestro actual párroco, el padre Patricio Barría Aravena. Un templo repleto de fieles, colaboradores y fieles cercanos a don Orozimbo.
Posteriormente vino de Vicario parroquial el padre Víctor Castillo que acompañó a Mons. Orozimbo hasta el 2 de enero de 2013, para ser reemplazado por el padre Patricio Barría.
Mons. Orozimbo fallece el 27 de marzo, y en su remplazo el 28 de marzo fue nombrado párroco el Padre Patricio Barría quien sirve como tal hasta la fecha.
Quiera el Señor bendecir esta joven comunidad parroquial abundantemente.
San Víctor, ruega por nosotros.